Alumno:
Buenos días! Tengo una pregunta que hacerte: tú cuando vas por la calle, cuando vives… ¿vas centrado en la respiración en todo momento? ¿o vas pensando? ¿y si es así, en qué piensas? ¿qué es diferente de como tú vives la vida a como la vive una persona que no practica meditación?
Profesor:
“Mindullness is not enlightenment”
“La atención plena no es sinónimo de iluminación”, sino de entrenamiento mental, del mismo modo que ser flexible no te hace acróbata. La diferencia es el grado de identificación con el ego, que es inversamente proporcional a la percepción de tu verdadero Ser o esencia que hayas experimentado. Esto, como efecto secundario, hace que tu mente esté en calma. Y así simplemente atiendes a los fenómenos que surjan. Cuanta menos identificación, los pensamientos que surgen son menos kármicos y más útiles o prácticos. Pensamientos que se perciben y se sueltan en su momento, igual que el cuerpo genera la sensación de sed, lo entiendes, y luego te desentiendes.
A: entiendo jejeje, que bien… 😀
P: Estupendo 🙂
A: gracias…
P: La atención plena a la respiración es una forma de entrenar. En el camino del zen se practica con todo. De ahí la importancia para ellos de cosas como la ceremonia del té 😀
A: entiendo… aprenderé a diferenciar pensamientos útiles de inútiles. Entonces lo que se trabaja con la atención plena es la capacidad de seleccionar a qué quieres orientar tu atención… dominar la mente, no que ella te domine a ti… corrígeme si me equivoco jaja
P: existe una diferencia sutil… cuando haya un contenido mental que te perjudique o te distraiga, NO lo bloquees. Al pasar por la mente consciente se está liberando, así que simplemente mueve tu atención al presente. Por ejemplo, a la actividad que estés realizando o a la propia respiración. Si lo juzgas o luchas se quedará dentro o se hará más grande. Sólo recuerda que cuando la basura sale, huele… pero aun así hay que sacarla antes de que nos envenene la mente y enferme el corazón 😉
A: y ¿cómo «pasas» del pensamiento molesto sin juzgarlo?
P: Si luchas es como decir “puajjj” y volver a cerrar el cubo de basura. Simplemente mueve tu atención al presente. A la realidad. A algo que te rodee, o una actividad que estés haciendo… Usemos una metáfora: imagina que vives con unos auriculares puestos, conectados a una lista de reproducción, y de repente suena una de reggaetón. Daremos por hecho que no te gusta para nada esa música. Ahora imagina que además no tienes la opción de quitarte los cascos, ni de bajar el volumen… pero lo que sí puedes hacer, es centrate en tus quehaceres hasta que se acabe la canción.
A: entiendo…
P: ¿a qué me refería con no luchar?, a que si te pones a escuchar la letra que no te gusta, el ritmo que no aguantes etc al final te cabrea más estar escuchando el reggaeton jajajaja y eso no hará que acabe antes, sino que sufras más por ello.
A: ¿y piensas que la canción se acabará sola? ¿que no se quedara ahí fraguando más y más, y al cabo del año sacaré un disco de reggaeton yo mismo? jajaja
P: no lo sé ¿tú qué crees?…. busca en tu propia experiencia … ¿cuántos pensamientos de ayer tienes ahora mismo en la mente?… ¿y cuántas cosas puedes pensar a la vez?… recuerda que todo es impermanente, por una vez, usémoslo a nuestro favor 😉
A: total, pero tiendo a pensar al revés. Que si paso de algo tenderá a quedarse ahí, echará raíces, escribirá un libro, grabará un disco, tomará el control de la nave jajaja
P: Cuando estés calmado, puedes hacer una meditación de reflexión, y sacar las raíces de lo que te turba, para entender el origen y tomar cartas en el asunto, para después volver al presente.
En cuanto a lo que dices de tomar el control de la máquina… eso te ocurre porque no estás atento al presente, a ti mismo… si viene el reggaeton y pasas de él SIN mantener la atención plena, entonces “Pitbull” toma el control de tu mente distraída, eso no lo dudes… de ahí la importancia de la meditación, al menos una de las razones básicas… calmar la mente, estar donde estés, ser lo que eres… experimentar qué eres bajo el reggaeton cotidiano sin control… pero sólo lo descubrirás si te enfocas en el presente, en la realidad, lo único a lo que realmente merece la pena prestar atención.
A: Gracias… practicaré.
P: Gratitud y perseverancia, dos grandes respuestas 🙂